A Veces Viajo

Arraial do Cabo - Foto A Veces Viajo

Cabo Frío (y cercanías)

A unos 160 km de Río de Janeiro se encuentra la ciudad de Cabo Frío. Llegamos acá a eso de las once de la noche luego de un largo viaje que ya fue contado en lo que sería la primera parte de este post. Cansados y con hambre. Salimos de exploración y encontramos a pocas cuadras un kiosquito que vendía pasteis y pizzas que nos salvó la cabeza, gracias Pasteis do Zazá por estar abierto hasta la medianoche.

Antes de seguir aclaro que lamentablemente buceando en Arrail me entró agua en el teléfono y perdí casi todas las fotos que tenía, además que no pude sacar más. Pero entre el resto de los viajeros y la tarjeta de memoria algo se pudo rescatar.

Cabo Frío es una ciudad bastante grande, tiene como 200 mil habitantes, edificios no muy altos y una agitada noche en la zona del centro, además de unas playas muy lindas de aguas y arenas claras. Se llama así porque justamente es un cabo, como una punta hacia el mar, y porque el agua estaría más fría que en otros lugares de la zona, cosa que para alguien que llega de 2500 km al sur no es realmente un problema.
Si bien recibe turismo extranjero también, está ubicada entre dos puntos que reciben muchísimo más gente que son Buzios a casi 30 km, y Arraial do Cabo a unos 13 km. Y a diferencia de estos vecinos a los que llega gente de todos lados, principalmente desde Argentina, a Cabo Frío llega mucho turismo interno porque su aeropuerto tiene un vuelo directo con Belo Horizonte y cae muchísima gente desde ahí, entonces en general es difícil que se crucen con alguien que hable español. En cambio en Buzios y Arraial es difícil encontrar alguien que hable portugués. El fin de semana largo de la semana de turismo se llenó de mineiros y había gran joda y agite en el centro, además de mucha gente en la playa.

Praia do Forte, Cabo Frío - Foto A Veces Viajo

La playa principal se llama Praia do Forte, ¿adivinen por qué? Si, porque hay un fuerte colonial ubicado en uno de sus extremos, y es una playa muy amplia como pueden ver en la foto. El Forte do São Mateus se puede visitar de manera gratuita y tiene más de 400 años. Es chiquito, tiene fotos y cuenta un poco sobre la historia del lugar, pero lo mejor que tiene es que al estar en una elevación oficia de mirador hacia la ciudad y la costa, aunque hay otro par de miradores en la zona del fuerte. La subida es simple, pero puede ser un poco traicionera porque es sobre la roca así que hay que andar con cuidado.
La Playa do Forte es muy cómoda y grande, tiene dunas, y como buena playa brasilera ofrece todo para pasar el rato, comidas, bebidas, alquiler de sombrillas, mesas y sillas. Se puede poner un poco ventosa a veces, pero el agua es bastante calma y muy disfrutable. La zona contra el fuerte tiene bastante presencia de algas pero también hay unas pequeñas piscinas naturales.

Hay mucha oferta de restoranes y alojamientos. Nosotros en particular nos alquilamos un apartamento para los ocho, pero después encontramos una zona contra la Lagoa de Araruama llena de resorts muy coquetos con salida directa para la zona de la laguna. Esta laguna medio que circunda toda la ciudad y desemboca en el mar ahí donde está el fuerte.  En la laguna (que es de agua salada) está la Ilha do Japonês que teníamos intenciones de visitar pero no pudimos porque estaba anunciado mal tiempo, pero se veía muy linda desde la orilla. Siguiendo la ribera de la laguna hacia el norte se llega al Bairro da Passagem que es el barrio antiguo de Cabo Frío. Esta zona es de estilo colonial, con sus casitas blancas pero coloridas, sus iglesias, adoquines, la plaza y mucho restaurant y bar en una zona semi-peatonal, además de feria de artesanías y productos locales. Nosotros almorzamos muy bien por ahí y está lindo también para pasear caminando.

Nos quedaron varios pendientes en Cabo Frío, aparte de la isla que les comentaba, hay trillas, hay más playas y más miradores. También está lindo para conseguirse una bici y recorrer la costa que tiene una ciclovía con mucha actividad. La ciudad amanece temprano, a las ocho de la mañana ya hay gente en la playa o haciendo deporte. Pero eso fue porque dedicamos un día a navegar por Arraial y otro a visitar Buzios.

Arraial do Cabo - Foto A Veces Viajo

Para ir a Arraial contratamos un tour mismo en la playa de Cabo Frío que la verdad estaba super completo porque nos pasaban a buscar a la puerta del edificio, nos dejaban en la zona del puerto, ahí teníamos que ir en busca del barco asignado, luego unas cinco horas de paseo por toda la bahía con varias paradas para hacer playa o tirarse a nadar/bucear en el medio del mar y luego nos llevaban de nuevo a Cabo Frío a un bufette a almorzar que también estaba incluido. Arraial es conocido como el Caribe brasilero y la verdad que está bien puesto el apodo porque las playas y el agua son realmente increíbles. Algunas zonas son reserva por lo que está muy controlado el tiempo de estadía y donde te podés bañar, pero la verdad que el paseo recontra vale la pena salvo que no les guste embarcarse o no disfruten del agua. En el barco además venden comidas, tragos y alquilan equipamiento para buceo o para seguridad como chalecos salvavidas si no se sienten muy seguros en el mar pero no se lo quieren perder. El tour te lleva a la Praia do Farol, a la que solo se puede llegar por barco, y a Pontal do Atalaia, donde (nadando un poco si la marea está alta) se puede visitar la Gruta do Amor, además de hacer dos paradas más para simplemente tirarse al agua a disfrutar un rato. Nosotros hicimos todas las bajadas, la gruta y todo lo que se pudo y estuvo buenísimo, disfrutamos un montón y volvimos fundidos a Cabo Frío como corresponde. Me faltó comentar que la zona del puerto está muy pintoresca, un estilo sudeste asiático quizás (comparación hecha en base a videos porque nunca estuve ahí) mucho relajo, mucho ruido, color, gente. No se si el resto de Arraial será así o más tranquilo.

Azeda y Azedinha al fondo, Buzios- Foto A Veces Viajo

A Buzios fuimos en Uber y el destino elegido fue la playa de Azeda, porque Buzios tiene 23 playas entonces había que elegir una. Buzios, igual que Arraial es bien una punta metida en el mar y era originalmente un pueblo de pescadores que creció por el turismo. De hecho Azeda queda casi en la punta más al norte. Es mucho más chico que Cabo Frío, unas 40 mil personas, no tiene edificios y si una geografía mucho más accidentada y más en contacto con la naturaleza. Pero es bien turístico, lleno de tiendas, bares, posadas, etc.
Como les decía nosotros paramos todo el día en Azeda, que como buena playa brasilera, ofrece alquiler de sillas, sombrillas, venden comida, bebida, etc. La playa es realmente chiquita y estaba repleta pero en ningún momento nos sentimos incómodos y el agua es súper calma y transparente, ideal para ir tranquilo con niños. Además al lado está Azedinha y se puede llegar caminando unos cincuenta metros o (como hicimos nosotros) ir nadando. Luego de pasar todo el día en la playa nos fuimos a recorrer un poco el centro y a buscar un lugar para una tempranera y merecida cena. Buzios está repleto de opciones para comer (y de tiendas) y al estar prácticamente colonizado por los argentinos casi que en cualquier lado los van a atender en español. Nosotros cenamos en un muy lindo local de hamburguesas que era 100% atendido por argentinos y donde se comía muy muy bien.
Ah, no aclaré pero para llegar a Buzios usamos Uber y si bien es cerquita lleva su tiempo llegar. Obvio que depende del tráfico y de hasta donde se vayan a meter dentro del pueblo.

Luego de estos cinco días parando en Cabo Frío nos dirijimos al final del viaje en la cidade maravilhosa que si no lo leyeron lo pueden ver por acá.

¡Gracias por leer!