Había organizado un viaje con un amigo que vive en Berlín. El plan era que yo me iba hasta allá y recorríamos algunas ciudades juntos y luego seguía mi viaje algunas ciudades más pero solo.
A pocas semanas de irme él tuvo que viajar de apuro a Uruguay y me preguntó qué iba a hacer, a lo que yo respondí "me voy igual", entonces me dijo "perfecto, cuando vaya te llevo las llaves de casa, te quedás ahí y los vuelos y alojamientos que ya tenemos reservados juntos te pago la mitad". Tengan más amigos como él.
El plan de vuelo era Montevideo, Sao Paulo, Madrid, Berlín, así que tras unas 24 hs de viaje llegué a la medianoche a Berlín, ahí me tomé un bus hasta la famosa Alexanderplatz y finalmente un metro al barrio de Friedrichshain.
En el medio de todo eso conocí en Sao Paulo a un argentino, de Tucumán, que era entrenador de Rugby en Francia y ya en el bus que iba a Alexanderplatz a una pareja de peruanos que me invitaron a cenar ahí pero rechacé amablemente la propuesta porque no sabía si tenía transporte toda la noche y me quedaba un trecho largo hacia el que sería mi hogar los próximos días. Y no, no tenía transporte toda la noche así que tuve suerte.
Friedrichshain es un muy lindo barrio, con bastante movimiento nocturno, varios lugares para comer o salir a tomar algo, alguna que otra plaza e incluso alguna feria/mercado al aire libre.
Ah, párrafo aparte para Best Of Grill. ¿Qué es eso? Como habrán adivinado es un lugar para comer. Llegué en la madrugada al apartamento y le pregunté a mi amigo donde podía comer a esa hora y me mandó a este lugar que estaba abierto como hasta las 5am. Entonces después de dar señales de vida a mi familia de que ya estaba instalado sano y salvo, partí caminando en la noche berlinesa unas cuadras hasta este lugar. Por unos pocos euros me llevé un shawarmma inmenso, una porción de fritas y una cerveza.
Pero toda esta introducción no tiene nada que ver con lo que voy a contar hoy, porque a los pocos días me fui de Berlín a hacer el recorrido que teníamos armado juntos que incluía: vuelo a Budapest y después "subir" nuevamente a Berlín con paradas en Bratislava, Praga y Dresde.
Ya instalado nuevamente en Berlín y con un clima mucho más benigno que días atrás, el dueño de casa me había recomendado fervientemente que visitara el memorial de los soviéticos (Monumento Conmemorativo a los Soldados Soviéticos) en Treptower Park. Viendo que tenía buen clima y aprovechando que había visto unas bicis de una app estacionadas bien cerca de donde me estaba quedando. Así que me bajé la aplicación y vi que la movida era que la desbloqueabas con bluetooth e ibas pagando por el tiempo de uso.
Finalmente salí rumbo al parque y la idea era hacer una parada en la East Side Gallery que es un tramo que se conserva del Muro de Berlín que está intervenido artísticamente, no muy lejos de ahí se encontraba mi destino final, el Treptower Park.
En el camino también vi la escultura Molecule Man de Jonathan Borofsky que son tres siluetas masculinas de unos 30 metros de alto que simbolizan "las moléculas de todos los seres humanos que se unen para crear nuestra existencia". Hay otras Molecule Man del mismo artista instaladas en otros lugares.
Este parque, que al igual que la ciudad es atravesado por el río Spree, data de fines del siglo XIX y tiene la pequeña superficie de 160 hectáreas. Consta con distintas atracciones en su terreno como un embarcadero, un jardín cervecero en una isla y hasta un observatorio, entre otras cosas. Además fue uno de los primeros parques públicos de la ciudad.
La primera parada fue cruzar el Abteibrücke para llegar al Kulturhaus Insel Berlin, un biergarten (jardín cervecero) en la ribera del río con unas reposeras para sentarse a tomar una buena jarra de cerveza o picar alguna cosa. De acá solo quiero decir que si tienen la suerte de tener un día soleado en Berlín como lo tuve yo, y les gusta el aire libre y la cerveza, no duden en ir a este lugar. Y otra cosa, cuando pedís una cerveza les cobran uno o dos euros más, esto es como depósito por si se llevan la jarra, así que pueden tomarse una buena lager alemana de barril y llevarse una jarra de recuerdo, y si la devuelven, como fue mi caso, les reembolsan esa plata. Esto ya me había pasado en Dresde y no entendía nada por qué me devolvían plata que yo ya había pagado.
Pero quedaba la frutilla de la torta y el por qué de esta expedición en dos ruedas. Y aprovecho para comentar que en esta salida que hice no había gran infraestructura ciclista pero si un gran respeto de todos los usuarios del tránsito por las distintas señalizaciones, los distintos carriles, sendas, etc. O sea, uno podía pedalear tranquilo por esta parte de la ciudad, siempre con los recaudos correspondientes y también respetando las normas. Recién en el parque encontré ciclovías y fue por una de ellas que me dirigí al mencionado memorial.
Al irse acercando uno nota un aire de cierta solemnidad, al fin y al cabo estamos yendo a un sitio que recuerda la caída de montones de soldados e incluso cinco mil de ellos están enterrados aquí. La entrada oficial es pasando un arco con una frase grabada, luego uno se encuentra una estatua de una mujer que representa a la madre Rusia y todo esto en un lugar precioso donde cada árbol está perfectamente ubicado. Pero no se imaginan la impresión que causa encontrarse con lo que viene después.
Dos enormes estructuras de granito que simbolizan banderas rojas con su clásico símbolo de la hoz y el martillo y junto a ellas dos soldados arrodillados como dando la bienvenida. Al franquear esa "puerta" ya la vista es impresionante y al fondo se ve una gran estatua sobre un montículo. En el camino hacia esa estatua se encuentran varios sarcófagos con relieves en piedra. Cada uno de ellos representa las quince repúblicas que formaban la Unión Soviética. Hablamos de un monumento que ocupa 10 hectáreas en total, una locura.
Al final se llega a la escultura de bronce de 70 toneladas (y 30 metros sumando la base) que está sobre una especie de mausoleo circular con un gran mosaico en su interior. La figura representa a un soldado sosteniendo una espada y una niña con el detalle de que la espada está destrozando una esvástica que yace a sus pies.
Al llegar hasta ahí y subir las escaleras solo queda darse vuelta y admirar este hermoso lugar.