En la ciudad de Trinidad, capital de Flores y a unos 200km de Montevideo está el Ecoparque Tálice.
Pero ¿qué es el Ecoparque Tálice?
Es un parque de 75 hectáreas que oficia de reserva natural para distintas especies tanto locales como de otras partes del mundo, una especie de hermano menor del argentino Temaikén, de hecho tiene un estilo muy similar.
Inaugurado originalmente en 1991 como reserva de fauna y flora fue en 2013 que fue reconvertido a su nueva (y muy prolija) versión. El objetivo del lugar es la educación ambiental y la promoción de la conservación y el cuidado de la naturaleza.
Es un paseo ideal para ir con niños (y no tan niños) y dada la cercanía con la capital da perfectamente para ir a pasar el día, aunque también se puede aprovechar la visita a Flores para recorrer los distintos geositios que hay en la zona como las Grutas del Palacio que cuentan con el reconocimiento de Geoparque Mundial por la UNESCO que incluye 180 geoparques en casi 50 países alrededor del mundo y que están en esta lista por su importancia histórica, científica y cultural. Las Grutas del Palacio son el único parque de este tipo en Uruguay. De hecho la reserva forma parte del Geo Parque Grutas del Palacio que también incluye otros lugares que pueden ver acá.
Nosotros tenemos pendiente esta visita.
Pero volviendo al ecoparque Tálice, además de pasar el día en un lindo entorno de naturaleza, se pueden ver distintas especies animales que van de los clásicos carpinchos y pavos reales que vagan libres por el lugar, a dromedarios, grandes felinos, aves exóticas, ciervos, primates y reptiles, entre otros. El reptilario en particular cuenta con algunas especies de serpientes bastante impresionantes.
Todo esto se puede combinar con algunas actividades extras que se ofrecen en el lugar. Hay que tener en cuenta que estas actividades tienen un costo extra que no está incluido en la entrada al parque.
Las clásicas lanchitas con forma de cisne que permiten recorrer la zona del lago y ver más de cerca las aves y los animales más amigos del agua.
También hay unos vehículos a pedal para hasta 4 personas (2 adultos 2 niños) con los que se pueden recorrer todo el parque de una forma divertida, aunque con más esfuerzo del que parece en primera instancia.
Y por último el safari que los lleva en unos micros eléctricos a la zona donde corretean los ciervos y que está restringida para el ingreso a pie.
Nosotros hicimos las tres actividades y si tuviera que elegir una para quedarme, ya sea por tiempo, interés o mismo por un tema de gastos, la mejor es sin dudas la recorrida por la zona de los ciervos.
Hay espacio de placita con juegos para niños y zonas como para hacer picnic y acá me quiero detener un momento con el único punto flojo que encontramos y en el que se podría mejorar. El parque ofrece oferta gastronómica, de hecho el lugar, con el lago al fondo, está muy lindo, pero la comida sinceramente no es buena y es preferible llevarse algo. Si no, fuera del parque hay lugares para comer. No se si fue por la época en la que fuimos estos lugares estaban cerrados y comimos en el restorán de adentro. La comida que ofrecen es hamburguesa, pizzas, sanguches calientes y papas fritas, todo pre hecho y con gusto genérico.
También hay un lugar para compra de recuerdos y souvenirs, además de productos artesanales y golosinas. Es en este lugar que se compran los tickets para las distintas actividades que comentaba antes.
La entrada al parque cuesta $ 300 uruguayos (año 2023), los menores de 2 no pagan y niños de 3 a 9 años pagan $ 250. Se compran mismo en boletería, en la web oficial no hay venta de entradas.
Resumiendo, y sacando la experiencia gastronómica, un muy lindo y recomendable paseo de un lugar que está muy bien cuidado y que se nota que le meten mucho cariño y eso está bueno, además queda en el centro del país, cerquita de Montevideo y en un departamento que no es muy publicitado.